No os podéis ir de la Habana sin visitar la Plaza de la Revolución. Presidida por el retrato gigante del Che Guevara, es una de las plazas más grandes del mundo. En ella pueden llegar a reunirse hasta un millón de personas, lo que suele ocurrir en fechas señaladas del calendario comunista (1 de mayo, 26 de julio), cuando el líder de la nación convoca a los cubanos para hablarles en primera persona (aquí es donde Castro hacía sus famosos discursos que duraban horas y horas).
La plaza está rodeada por varios edificios oficiales: diversos ministerios, el Palacio de Justicia, la Biblioteca Nacional, el Comité Central del Partido Comunista...
En el centro se encuentra el Monumento a Jose Marti, héroe de la independencia de Cuba. En su interior hay un memorial que explica toda su vida y hazañas, y es posible subir en un ascensor hasta la última planta para obtener una vista panorámica de la ciudad. El único problema es que cuesta 5 CUC por persona, y que el cristal que rodea el mirador no suele estar especialmente limpio, así que si lo que queréis es sacar buenas fotos, este no es el lugar.
