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Muchas veces nos han preguntado sobre lo mejor de nuestra Vuelta al Mundo y nunca hemos dudado al contestar. Por impresionantes que sean los monumentos que hayamos visitado o preciosos los paisajes que hemos visto, el mejor momento era cada día, cuando hacia las siete o así, buscábamos un rincón agradable donde tomar una cerveza bien fría. Después de pasar todo un día de safari por África, tragando polvo en los desiertos de Jordania o esquivando cocodrilos por Australia os aseguramos que no hay nada como sentarse en una terraza y dar la jornada por acabada.

Hay algunos que dicen que la felicidad es el camino. Otros prefieren creer que es el final de ese camino. Los más estudiados la definen como aquel sitio donde deseamos llegar o donde ya hemos estado, de forma que nunca podemos disfrutarla más que por un instante. A nosotros, en cambio, la felicidad nos gusta beberla a sorbitos cortos, paladeándola, disfrutándola a cada trago, por si acaso es la última vez que podemos sentirla. Como si fuera la mejor de las cervezas.

“Allá donde vamos triunfamos”

Como San Miguel pero cambiando de marca. Por si teníais alguna duda la cerveza es una bebida más universal que el pollo asado, que ya es decir. País al que hemos viajado, país en el que hemos encontrado una rubia o morena con la que matar el hambre y refrescar el cuerpo. Y no una sino varias porque las hemos probado de todo tipo. Algunas, incluso, se han ganado nuestro cariño para siempre. Por eso, hemos creado nuestros premios las Birras de Oro, Plata y Bronce.

• Birra de Bronce para la Modelo Especial y la Indio, las dos de México, por su color tostado y porque con ellas descubrimos la chelada, mucho mejor que una clara. Cerveza con zumo de limón, un par de cubitos de hielo y sal en el borde. Si le añades salsa perrys, pimienta negra y tabasco entonces tienes la michelada, todavía más auténtica.

• Birra de Bronce a Tusker de Kenia por tener las narices de ponerle como marca el nombre del elefante que mató a uno de los propios fundadores de la compañía.

• Birra de Bronce a la Bucanero de Cuba, no sólo por su divertido nombre sino porque ya tiene mérito que sepa bien entre tanta pobreza de sabores como sufren los cubanos con sus cartillas de racionamiento.

En Cuba también tienen la Clara, la cerveza para los locales y mucho más barata que la turística Bucanero, a la que no podemos dejar de darle la Birra Caliente a la Peor Cerveza del Mundo. Hecha con papaya, esta fruta es junto con el cilantro los sabores más horribles que hemos probado en todo el mundo!

¡Vamos a por las Birras de Plata!

• Birra de Plata a la Tui de Nueva Zelanda por tener posiblemente el mejor sabor del mundo en barril. Sólo le faltó algo de marketing, carisma o las dos cosas para ser la número 1.

• Otra birra de Plata a Quilmes de Argentina porque su logotipo es el que mejor queda en una camiseta. Además su formato de 600ml es perfecto y el sabor de primera.

• Birra de Plata para Kingfisher de la India por ser un oasis en medio de tanta penuria.

• Y la última Birra de Plata para la peruana Cuzqueña por ser el auténtico elixir de la Eterna Juventud. La única cerveza del mundo hecha con el agua que brota de la famosa fuente de los Incas. Según la leyenda, quien beba de ella vivirá para siempre.

¿La mejor cerveza del mundo?

Como mención especial, entregamos la Birra a la Mejor Innovación para la “Iced-Beer” de Australia, cerveza de barril con termómetro incluido en el grifo, tirando la cerveza a 3º grados. ¡Por favor que alguien lo copie ya!

Y finalmente nuestra Birra de Oro a la Mejor Cerveza del Mundo, la más fría, helada en realidad, muy por encima de todas las demás tanto que lleva el nombre del pico más alto del planeta, la cerveza Everest del Nepal. Con ella celebramos en la mejor pizzería de Katmandú que nuestro amigo Lila nos había conseguido los visados para poder entrar en el Tíbet!

Cervezas aparte, queremos dar la Birra de Platino al sabor más refrescante del mundo: el nuevo formato de Coca-Cola en Japón, un envase metálico que cambiará la forma de beber en el futuro. Es imposible explicar cómo es ¡tenéis que probarlo! Y de paso, cómo no, tomar algo de sushi…