Qué comer en Brasil «

A veces uno llega a pensar que para los brasileños la comida es casi un estorbo. Como si no les importara demasiado. Por eso los restaurantes más populares son los “a kilo”, donde te venden la comida a peso. Te llenas el plato y tanto pesa, tanto pagas. Da igual si va lleno de ensalada o de carne. Ya os podéis imaginar que no es para chuparse los dedos pero curioso sí que resulta. ¡Así que al menos un día probadlo!

Para desayunar en cambio, sí que se toman en serio la cosa. Tanto que “el café de manhana” de la mayoría de pousadas brasileñas será, de largo, lo mejor que comáis en Brasil. Pan de queso caliente, banana frita, montones de pasteles diferentes, tapioca de cualquier sabor que elijáis, panes de varios tipos, zumos naturales de frutas exóticas, mermeladas y frutas para dar y repartir. Probadlo todo, especialmente los pasteles y bizcochos, pero posiblemente lo mejor, y lo dice uno al que la fruta le aburre soberanamente, sea la piña. Dulce, deliciosa, suave, gustosa.

La tapioca, en cambio, es una mala copia entre las crepes francesas y los burritos mexicanos. Cuando está bien amasada, llega a parecer un buen pan pero tampoco es nada del otro mundo. Las malas, en cambio, parece que tenga piedrecitas incrustadas. Podéis elegir el relleno, dulce o salado. Las más típicas las de frango (pollo) o presunto y queijo (jamón york y queso), como si fuera un sandwich mixto o bikini. En realidad, el “misto quente” hecho con pan de molde es el bocadillo más típico de Brasil.

Los que vengáis con la lista de platos típicos a probar os habrán dicho que el primero es la feijoada. Tienen su origen en la época de los esclavos cuando el domingo les daban las sobras de lo que comían los amos “blanquitos”. Como no daban para mucho tenían que añadirle frijoles y lo que fuera para que tuviera algo de substancia. Dicho así suena mal pero es que tampoco es que sepa mucho mejor. Ahora te lo venden como si fuera una paella a precio de marisco. Vamos, que la mejor recomendación que os podemos dar es tacharlo directamente de la lista sin probarlo…

Lo que sí que no podéis dejar de probar es el peixe, el camarao, la lagosta o el aratu (pescado, gambas, langosta o carne de cangrejo). Si es como “refeiçoes” o “prato especiais” lo acompañan siempre de frijoles, arroz y ensalada. Si es como “tira-gosto” o “petiscos” viene con una hoja de lechuga debajo del brazo. Puede ser grillado, frito, con moqueca o ensopado. La moqueca es una salsa de cebolla, tomate y cilantro (cuidado con el cilanto porque a muchos occidentales les da de repelús!). Nuestros favoritos la moqueca o frito (en muchos sitios, “frito” es más bien pasado por la plancha con mucho aceite pero en algunos es tipo “empanado”. Los dos están muy sabrosos!). En los sitios costeros también acostumbran a tener “polvo” (pulpo) o “lula” (calamar), buenísimos los dos!

En cuanto a carne, los platos más típicos son el frango (pollo), la picanha (una especie de filete pero sólo vale la pena pedirlo en sitios realmente buenos) y la carne do sol (filete troceado a la plancha con cebolla y a veces trozos de tomate, espectacular si la carne está buena. A los brasileños les gusta “a cabalho”, a caballo, con un huevo frito por encima). También tienen carne seca pero es muy poco sabrosa…

Aparte de todo esto, uno de los establecimientos típicos brasileños es el “rodizio”, una especie de self-service o bufette libre, muchas veces combinado con servicio en la mesa (los camareros van pasando con diversos platos y os vais sirviendo de lo que gustéis!). Es decir, por un precio fijo podéis comer lo que queráis.

En Brasil es costumbre que los platos principales sean siempre para dos personas. Así que no os asustéis con el precio!!! Pero tampoco os cortéis en pedirlo para uno. Os dejarán hacerlo sin problemas y en muchos sitios simplemente os cobrarán la mitad (en unos pocos, un poco más…)

En cuanto al precio, no es tan caro como por Europa pero tampoco es una ganga. Además, pensad que siempre hay que sumarle un 10% por el servicio. No es obligatorio… pero como si lo fuera. Cuidado no lo paguéis dos veces porque siempre aparece en la cuenta.

Ahora ya, incluso en la playa más desierta, podréis pagar con tarjeta pero llevad siempre cash por si acaso. Al pagar con la “cartao” os preguntarán si crédito o débito. Si pagáis con tarjetas europeas siempre será con crédito (acordaros que ahora con American Express, si el pago es en el extranjero, te cargan un % exagerado!!!)