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El término choque cultural fue acuñado por el antropólogo canadiense Kalervo Oberg en 1937. Desde entonces, se ha usado para referirse a la ansiedad y la desorientación que alguien puede sentir cuando se halla en un país con una cultura y unas maneras muy distintas a las propias. Aunque estos síntomas se dan más con largas estancias fuera del lugar de origen, también pueden aparecer en viajes de unos pocos días o semanas de duración.

Una transitada calle de China

Generalmente, se considera que el choque cultural consta de cuatro etapas:

  • La primera es la etapa de la luna de miel. En ella, el visitante aprecia todo lo nuevo como positivo y ve el nuevo país, sus habitantes y sus costumbres con una luz romántica.
  • La segunda es la etapa de la negociación, en la que las diferencias pueden generar incomodidad, particularmente en relación a la comunicación con el lenguaje y los hábitos sociales.
  • La tercera es la etapa del ajustamiento, donde la persona se acostumbra a la nueva cultura, la acepta y genera rutinas y respuestas positivas.
  • Finalmente, en la etapa del dominio, uno es capaz de participar activamente y sin problemas en la nueva cultura, manteniendo rasgos y características propias.

Para reducir la ansiedad y la incomodidad que una nueva localización puede causar, son muchas las recomendaciones posibles, pero tres de ellas son esenciales:

Un cartel publicitario en Japón

Inicialmente, la familiarización con el país de destino antes del viaje. Gracias a Internet, a través de la visita de blogs de personas que ya han estado en él, del Street View de Google Maps, de foros de debate o, incluso, del visionado de vídeos en YouTube.

Más tarde, viajar con amigos. Otra persona en el camino podrá dar apoyo emocional si se necesita y servirá para ver más objetivamente qué está pasando y cómo se relaciona todo con uno mismo. Si se viaja solo, es recomendable intentar buscar allí a otras personas con un mismo origen y preguntar sobre cómo ellas han superado el choque cultural.

Finalmente, mantener el contacto con amigos y familiares en tu propio país. Sin volverse muy dependiente, es importante hablar con estas personas para no sentirse tan solo y aislado del resto del mundo y para saber que, en el fondo, contamos con seres queridos que están por nosotros cuando los necesitamos gracias a Facebook o Skype, por ejemplo.

Posted In: Vuelta al Mundo