Monta tu viaje con nuestras rutas

Empezar a planificar mi viaje

Don't be guiri!

Rutas y restaurantes para disfrutar de tu viaje más que nunca

San José de Costa Rica, comisaria anticorrupción.

Uvita, Costa Rica

Aunque parezca un país estrecho y pequeño, Costa Rica es un gran parque de atracciones y de los buenos, todo auténtico, nada de decorados. Puedes ver volcanes en erupción por aquí o tortugas anidando por allá, perseguir delfines o buscar ballenas, bucear con tiburones o saltar en tirolina. O lo mejor de todo, cruzar medio país subido en una balsa haciendo rafting por el río Pacuare, rodeado de bosques tropicales y cascadas cristalinas. Bestial. Y para moverte de un lado a otro, sólo necesitas un pequeño 4×4, lo único que faltaba para sentirte en la versión latina de Jurassic Park, y es que en realidad el islote que aparece al inicio de la famosa película es Isla del Coco en Costa Rica, para variar una candidata más a las 7 Maravillas Naturales del Mundo.

Maravillas no sabemos si hay en Isla del Coco pero historias de piratas y tesoros escondidos le sobran, tanto que son muchos los obsesionados por bucear sus fondos y eso que nadie ha encontrado todavía un solo doblón. A pesar de ello cada año siguen llegando decenas de expediciones, pero no es oro todo lo que reluce. Los aficionados al buceo pagan por enrolarse en un barco como si fuera un viaje de turismo submarino aunque oficialmente todas las inmersiones sean para buscar galeotes hundidos. Durante unos días juegan a ser buscadores de tesoros, aceptando que, si por casualidad encuentran algo, no tendrán ni la comisión. Todo muy exótico, lo justo para esconder que se trata de una tapadera para bucear en una reserva natural prohibida a cualquier turista normal y, de paso, cobrar un poco más por la tontería.

Monte Verde, Costa Rica

Costa Rica es uno de los destinos favoritos de los gringos para irse de vacaciones pero también para no volver. De los diez hoteles donde hemos estado, siete son propiedad de americanos que un día vinieron y nunca más se fueron. A lo largo de toda la costa del Pacífico están construyendo cientos de condominios para que piquen los yanquis inversores. El paraíso a precio de saldo, 60.000 USD. Para el que quiere fardar de apartamento de lujo en una playa virgen unas migajas, para los ticos un negocio de primera. Hoy se ganan unas perras y mañana se aseguran turistas para los próximos veinte años, amén de los que por venir cada verano acaben invirtiendo en otros negocios y creando trabajo para la gente local. Pero mientras el país avanza a golpe de dólar, ellos siguen con su “pura vida” de siempre, expresión con la que se saludan unos a otros, como si decir “hola” fuera poca cosa para lo bien que viven. Primero van a misa, luego se desfogan jugando a fútbol, más tarde lo celebran bebiendo y al final acaban en chirona por pasarse de rosca. Así resumen ellos mismos su vida y debe ser verdad porque no hay pueblo por pequeño que sea donde no se codeen uno al lado del otro la iglesia, el campo de fútbol, un bar y la comisaria.

Aunque por pasarse de rosca, el policía que nos paró por exceso de velocidad en el Puerto de la Muerte. Primero nos pidió un soborno, luego nos insinuó cambiar la multa por algún favor sexual. Lo hizo de una forma tan medida que algún juez se lo pensaría dos veces antes de enviarlo a chirona pero a nosotros nos quedó clarísimo que estábamos tratando con un grandísimo hijo de puta. “No se preocupe guapa, venga usted a mi coche y veremos cómo podemos arreglarlo”. En plena montaña y sin una alma a la vista, tuvimos que lidiar el asunto con calma y tragándonos la bilis para no llegar a mayores, Belén sin salir del coche y Pedro bajando para decirle que hiciera su trabajo, que nosotros nos iríamos por donde vinimos. Y así fue, con la boleta en una mano y su nombre y placa en la otra.

Corcovado, Costa Rica

Tres horas más tarde y después de que otros tantos policías turísticos al preguntarles por la Oficina Anticorrupción nos enviaran a un museo, a la empresa pública de semáforos y, el último de ellos, a la mierda directamente, aparcamos sin querer en frente de aquélla. Aunque ni por éstas la hubiéramos encontrado si no hubiera sido porque volvimos a preguntar por cuarta vez, en este caso al portero de su propio edificio. Alucinado con que alguien hubiera dado con ellos, más todavía cuando no tienen ni un mísero cartel que anuncie que allí se mueren de asco, nos invitó a pasar haciéndonos una reverencia. Sin ninguna duda eramos los primeros turistas en entrar por esas puertas desde Colón. El mejor momento fue cuando el licenciado Jose Alexander de la Oficina de Inspección del Cuerpo de Policía, saturado por su primer día de trabajo en años, cogió el rotulador fosforito y subrayó en su lista el nombre del desgraciado. Sólo nos sabe mal no poder ver su cara cuando le lean nuestra denuncia. Y ojalá tarden en citarlo para el juicio, más días se pasará sin poder dormir, preocupado por si le cae la sanción divertida, treinta días sin sueldo ni salario, o la cachonda, expulsión del cuerpo y que te den .

Al que no pudimos pillar fue al que nos intentó robar después de rajarnos la rueda del automóvil. La globalización también ha llegado al mundo de los chorizos, así que ya conoceréis la técnica. Una técnica tan extendida en Costa Rica que no sólo la policía te avisa en el mismo aeropuerto sino que las propias agencias de alquiler de coches tienen la obligación de informarte por escrito y con acuse de recibo. En nuestro caso nos tocó un carterista tímido porque todo lo que acertó a decir para convencernos de que abriéramos alguna puerta y así podernos dar el tirón fue: “dangerous, dangerous, your wife out car”. Desde el suelo y calculando cuál sería el mejor ángulo para atizarle con el gato en sus partes bajas, Pedró le contestó con un cariñoso “¿me ves cara de gilipollas?”, indirecta que captó a la primera pues se largó sin darnos ni los buenos días. Chorizo y maleducado.

Volcán Arenal, Costa Rica

Y es que hasta en Costa Rica cuecen habas, y eso que tenían buena pinta. América es un auténtico burdel. Policías corruptos, secuestros-express, sobornos, asaltos, pillajes o asesinatos. Así que de pura vida nada, aquí la vida es más puta que otra cosa. Por eso, aunque nos ha encantado conocer todos estos países, si algún día repetimos buscadnos por Asia porque esto ni dios puede arreglarlo. Vale, dios quizás sí porque no cobra mordidas, pero el resto de mortales se han puesto las botas cada vez que han podido. En estricto orden cronológico, las colonias y sus gobernadores, los caciques y sus haciendas, los dictadores y sus militares, los liberales de derechas y sus políticas de privatización y ahora los “indigenistas” y sus políticas populistas. Sólo falta que lo pruebe la Iglesia antes de que baje el jefe para hacer borrón y cuenta nueva. De hecho, en Paraguay, Fernando Lugo, un ex-obispo defensor de la Teología de la Liberación, acaba de ser nombrado presidente del Gobierno. La esperanza, Obi Wan Kenobi, es lo último que se pierde . Igual sí que algún día volvemos.

Itinerario recomendado para visitar Costa Rica con restaurantes a lo largo de la ruta.





Descárgate la App de Way Away con nuestras Rutas de Viaje geolocalizadas

 

 

Posted In: Costa Rica

Etiquetas: