Monta tu viaje con nuestras rutas

Empezar a planificar mi viaje

Don't be guiri!

Rutas y restaurantes para disfrutar de tu viaje más que nunca

¿Quién no ha soñado nunca de pequeño ser Indiana Jones, Lawrence de Arabia o el mismísimo Capitán Nemo? Todos ellos, héroes reales o de ficción, han cautivado la imaginación de miles de aventureros con pantalones cortos de todo el mundo, aunque sólo existe un país donde podrían haber coincidido: Jordania. En la ciudad perdida de Petra, en el desierto rojo del Wadi Rum o en los jardines submarinos del Mar Rojo, pero siempre en Jordania. Tres almas aventureras como éstas habrían conectado desde el primer instante, se habrían besado tres veces en la misma mejilla y se habrían corrido una buena juerga fumando nargileh[1] hasta el amanecer.

Way Away

http://www.way-away.es/

Hoy en día, sin embargo, Jordania es mucho más conocida por dos bellezas esculturales que no por estos tres personajes. La primera, Petra, fue esculpida en las paredes del desierto por las manos del hombre y el cincel del tiempo de una forma tan espectacular que se ha ganado el título de Maravilla del Mundo. A la segunda, Rania, han sido los profesionales del marketing quienes la han moldeado hasta convertirla en la imagen del Reino de Jordania en occidente. Esta princesa es hoy la mejor embajadora de una monarquía inventada por los ingleses que ha sabido convertir a su país en un oasis de paz, algo insólito conociendo a sus vecinos. Aunque si algún día venís a Jordania, no preguntéis por Rania. No la conoce ni Allah. Es un auténtico fake, una impostora que luce tipazo en nuestras revistas pero que no pinta nada en su país. Aquí los retratos del rey y su señor padre están por todos lados pero de Rania ni la corona. Igual que sucede en los aviones que sobrevuelan Arabia donde los velos de las mujeres aparecen o desaparecen al cruzar la frontera aérea, lo mismo ocurre con Rania. Fuera del país reina, dentro rana.

Pero Jordania es mucho más que esta princesa postiza. Es una tierra bíblica donde puedes bautizarte en las mismas aguas que lo hizo Jesús o flotar milagrosamente en el Mar Muerto. Un país museo donde de la nada aparecen castillos templarios, ciudades griegas y templos romanos, todos ellos conservados con tal perfección que uno diría que fueron cubiertos por la arena durante siglos, no por abandono de los suyos sino para que afortunados como nosotros pudiéramos contemplarlos intactos siglos después. Pero lo mejor de Jordania no está enterrado en el desierto, ni olvidado en sus simas, sino sumergido en el Mar Rojo. Aunque no demasiado, tan sólo un poco, lo justo para que con unas gafas de buceo y las aletas de Curro puedas sobrevolar el Jardín Japonés, un valle de bonsáis submarinos dispuestos con tal cuidado y belleza que ni Julio Verne los pudo imaginar en 20.000 leguas de maravillosos viajes.

Una legua es la distancia que una persona recorre en una hora, casi cinco kilómetros. La circunferencia de la Tierra son unos 40.000 km, al cambio, unas 8.000 leguas. Si pudiéramos tender un puente a lo largo del Ecuador, tardaríamos un año entero en recorrerlo, aún caminando 20 horas al día. ¡Bendito sea Oneworld y los que inventaron el billete de avión Vuelta al Mundo!

Wadi Rum

Petra Petra Petra

[1] Pipa de agua típica de los países árabes o de cultura musulmana

Itinerario recomendado para visitar Jordania con restaurantes a lo largo de la ruta.





Descárgate la App de Way Away con nuestras Rutas de Viaje geolocalizadas

 

 

Posted In: Jordania

Etiquetas: ,