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Cuando planificamos un viaje solemos pensar primero en el equipaje, vuelos, reservas, vacunas, seguros, pasaporte, etc… y dejamos el tema de la moneda que vamos a necesitar para el final. Pensarlo con tiempo es clave para viajar ahorrando. Lo primero es calcular un presupuesto aproximado del viaje que nos sirva para determinar cuanta divisa vamos a necesitar para los gastos diarios. Para los que vivimos en la zona euro necesitaremos cambiar a moneda extranjera si viajamos fuera de ella.

La necesidad de una moneda diferente comienza en cuanto llegamos a destino. Caminando por el aeropuerto puede que ya tengamos que pagar algo, si no, nada más al salir, cuando busquemos un taxi, un shuttle, o el medio de transporte hasta el hotel. Si no hemos pensado en cambiar moneda antes podremos hacerlo en el Aeropuerto mismo, aunque hacerlo ahora es lo menos recomendable ya que la tasa de cambio en los aeropuertos suele ser muy mala.

Una vez en destino una opción es pagar con tarjeta y los gastos pequeños al contado. Esta opción es la más cómoda y segura ya que supone no llevar grandes cantidades de cash encima. Eso sí, comprobemos los límites de nuestra tarjeta, no vayamos a tener un disgusto y nos quedemos sin dinero de plástico ni en metálico en plenas vacaciones. Ten en cuenta que  aunque existen países donde el pago con tarjeta está generalizado, incluso para importes muy pequeños, en otros no sucede así y la mayoría de compras del día a día se pagan en efectivo. Y tanto en unos como en otros, el banco emisor de la tarjeta nos puede cobrar por utilizarla fuera de nuestra zona. También está la alternativa de usar la tarjeta para sacar efectivo en cajeros, aunque con la incertidumbre de saber si aceptarán nuestra  tarjeta o si tendremos que buscar otro y cuánta comisión nos aplicarán, que puede ser de hasta el 4% de la cantidad total extraída.

De una forma o de otra, es evidente que no llevar moneda cambiada ya de casa genera cierta inquietud y requiere una inversión de tiempo considerable.

En este punto podríamos plantearnos dos cosas:

Llevar todo cambiado desde casa antes de salir de viaje. Calcula cuanto vas a gastar para solo canjear una vez. Si canjeas solo una vez te ahorrarás gastos en comisiones y problemas. Pero ten en cuenta que el tipo de cambio aplicado es mejor si cambiamos más de una vez.

Lleva cambiada una pequeña suma para los primeros días, tras los cuales podrás hacer una estimación de lo que vas a gastar en total, y luego ir cambiando o sacar efectivo. La opción más recomendable es hacer el cambio en las casas de cambio de las zonas más transitadas y turísticas del lugar visitado. Al ser muy populares hay más seguridad y se someten a la legalidad, ya que las zonas turísticas están más vigiladas por las autoridades.

 

Si al finalizar el viaje nos sobra moneda, cambiarla otra vez supone volver a pagar comisión.  Ten en cuenta también que hay monedas que no pueden cambiarse, y si no las ha gastado en destino, no te quedará más remedio que coleccionarlas. Y también que  hay países como República Checa, que limitan el montante de moneda extranjera (en este caso, coronas checas) que podrás sacar del país a tu vuelta. Si has cambiado moneda antes de salir en una oficina de cambio puedes solicitar que te recompre el sobrante, pero sin comisión ni tipo de cambio, es decir  como si hubieras cambiado menos en el momento en que lo hiciste antes de salir.

Si hemos pensado en cambiar moneda antes de salir la primera opción es solicitarla con adelanto en la sucursal del banco, el inconveniente es que tendremos que hacerlo con unos días de antelación dependiendo de la divisa. Cada banco tiene sus condiciones de cambio, hay que mirarlas bien porque en ocasiones las tasas pueden ser algo caras y no salir a cuenta.

Sin embargo, existe una opción más rápida, cómoda y eficiente, que permite conocer de primera hora cuánto te van a dar por tus euros y con la que eliminamos la incertidumbre de cambiar de moneda durante el viaje. Consiste en realizar el cambio de divisas o cambio de moneda  directamente por el móvil, la tablet o el ordenador. Es tan fácil como elegir la moneda que necesitamos, pagar con nuestra tarjeta o con una transferencia y recibirla en el domicilio unos cuantos días después. Debes saber que muchos especialistas en cambio de euro ofrecen mejores precios de cambio por Internet. Si haces un pedido por Internet para ir a recogerlo a una tienda o para que te lo envíen a casa sueles conseguir un precio mejor que si vas al centro de la ciudad a cambiar moneda.  Te  recomendamos que visites la web de Ria Cambio de divisas, entrando en el enlace de más arriba, donde encontrarás los mejores tipos de cambio online y podrás hacer tu reserva para que te la entreguen a domicilio en 48 horas o recogerla en la oficina más cercana, Ria tiene oficinas en Barcelona, Madrid, Mallorca y Valencia. ¡Introduce WAYAWAY en la casilla donde pone Promocode y obtendrás un descuento adicional!

Como conclusión, repasemos una estrategia ganadora para planificar un viaje a un país con moneda extranjera:

  1. Calcula cuánta moneda extranjera vas a necesitar. Si el viaje es corto, cambiamos por adelantado esa cantidad. Para viajes más largos, por seguridad, podemos llevar una parte cambiada y luego cambiar más en destino, sacar de cajeros y/o pagar con targeta cuando sea posible.
  2. Solicitar esa cantidad online y recibirla en casa o ir a recojerla a una oficina. Dependiento de la cantidad el envío es gratuito.

 

Otras opciones para gastar durante el viaje son:

Usar cheques de viaje. Si convertir moneda y llevar encima grandes fajos de billetes cuando estás en el extranjero te da yuyu, los cheques de viaje son una opción. En caso de robo o pérdida pueden reembolsarse y ofrecen más seguridad que el dinero en efectivo. Los que más se aceptan alrededor el mundo son los de American Express. Pero tienen sus limitaciones, solo se ofrecen en seis divisas y normalmente hay que cambiarlos por moneda dura en viajes transoceánicos.

Otra opción. Hazte con una tarjeta de prepago. De esta manera te ahorras las comisiones de convertir moneda. Antes de salir de tu país, la cargas con la cantidad que quieras y cuando llegues a destino la usas como una tarjeta de débito. Igual que con los cheques de viaje, a menudo existen limitaciones y hay que leerse la letra pequeña del contrato antes de hacerse con una. Las hay que conllevan gastos de compra y/o comisiones escondidas. Ve con cuidado para que no convertir moneda al final te salga caro.

Y por último, más que un consejo una advertencia: jamás cambiar en la calle, en el mercado negro, donde nos ofrecerán magníficos precios, pero donde probablemente  también nos timen. !Además es ilegal, y podríamos tener problemas muy serios con la policía!