Empezar a planificar mi viaje
Don't be guiri!
Antes de empezar a leer, si vas a viajar a Australia no te olvides de tu visado. No serías el primero que se queda sin ver canguros.
Lo bueno de un país occidental como Australia, es que todo funciona a la perfección. Lo malo es que son exigentes con todo. Y con el visado no son menos. Allí las cosas funciona no bien sino perfecto. Probablemente sea imprescindible para sobrevivir en un sitio tan agreste como este subcontinente.
Si viajáis por África, parece que uno necesite sacarse los visados con meses de antelación, pero después uno llega allí y pagando San Pedro canta. Dólares americanos y el visado aparece como por arte de magia. En Australia no. Uno debe ir bien preparado. Con anti-tiburones y con el visado en toda regla. Si no, uno tiene el riesgo de enfrentarse a la policia fronteriza. Y no se andan con chiquilladas. Por menos nos quedamos sin bucear en la Gran Barrera de Coral. Nos habían pedido un certificado médico al haber tomado unas pastillas especiales (riesgos de bajar a 25 metros). Nos lo dejamos en el hotel, y allí nos quedamos. Sin botella y con el tubito para hacer snorkle.
Por eso, tan pronto como reservéis vuestros billetes de avión, antes de compraros la guía para viajar a Australia, sacaros el visado. Solicitar el visado para Australia no os llevará más que un ratito. Y después, ya podéis empezar a montaros la ruta.
Pensad que con este visado tendréis tiempo suficiente para conocer todo Australia. Desde el maravilloso Uluru hasta la costa este y oeste. Y no dejéis de ir a todas las islas que podáis! Maria Island, Rottnest Island, Kangooro Island, Whitsunday Islands…
Palabra de vueltero al mundo. Cuando uno da la vuelta al mundo no para de encontrarse con todo tipo de viajeros. Los que más apetece hablar con ellos son aquéllos que también lo han dejado todo para irse de bolos por ahí. Nosotros ya nos hemos tomado un par de años sabáticos para darle la vuelta al mundo y, por eso, uno se espera que los demás hagan lo mismo. Si la Tierra es redonda parece obvio que, si uno se lanza a viajar, sea para irse por un lado y llegar por el otro.
Pues no, lo más habitual no es lo que se llama a Round the world trip. Lo más frecuente es ponerse las chanclas y tomarse unos meses para viajar por el sudeste asiático. Curiosamente lo que hicieron los fundadores de Lonely Planet, la guía de viajes más vendida del mundo. Se fueron a pié desde Gran Bretaña hasta Australia y su primera guía fue Asia on the cheap. Es decir, que fueron los pioneros en tomar el sol unos meses por Asia. Y también muy curioso que acabaron por Australia. Porque la mayoría de los que uno se encuentra por Tailandia, Filipinas o Vietnam, antes o después tienen entre ceja y ceja vivir en Australia.
Entre ellos, sobretodo, los argentinos. Grandes tipos y tipas. Para ellos irse unos meses a vivir y a trabajar a Australia es como el pan de cada día. Ganarse un poco de plata para poder seguir viajando después. Y si la validez visado les da para volver después, pues genial. A repetir.
Es verdad que Australia tiene tiburones, medusas gigantes venenosas, cocodrilos, sanguijuelas y todo tipo de bichos, cuanto más grandes mejor. Pero también es verdad que uno puede irse para allí sin tener que consultar la web del Ministerio para ver si hay secuestros, robos o sustos varios de los que uno debe fijarse cuando se viaja por el mundo.
Vamos, que si uno no tuviera ya un par de mochilas en la espalda de 6 y 3 años, no me lo pensaría dos veces y para allí me iría. Pero siempre con el visado para Australia en la mano!
El verano ya está aquí y es para quedarse. En esta época del año de altas temperaturas quienes gozan de vacaciones, o tienen los fines de semana libres, suelen buscar destinos cerca de la playa, o en su defecto con piscina. La cuestión es meterse en el agua para soportar mejor el calor.
Sin embargo existe una original y magnífica alternativa para aquellos que quieran refrescarse en verano. Y ésta es esquiar en los Alpes. Sí, has leído bien, en los Alpes franceses hay nieve en invierno y en verano. Y las condiciones de la nieve este año son estupendas, debido tanto a las condiciones meteorológicas como al esfuerzo de los trabajadores de las estaciones de esquí.
Esquiar en verano tiene la ventaja de no tener que cargar con tanta ropa de abrigo. Y si tienes un poquitín de suerte y pillas unos días soleados conseguirás un bronceado envidiable. Las estaciones suelen abrir hasta mediodía, ya que a partir de esa hora la condiciones de la nieve empeoran. Durante el resto de la jornada podrás realizar una gran variedad de actividades prácticamente en cualquier zona en que estés, como ciclo turismo , tiro con arco, salidas en quad, mountain bike, etc…
Esquiar en los Alpes es un gran plan de familia, tanto para los no iniciados como para los aficionados con “mono de nieve” que no pueden esperar a diciembre para hacer unas “bajadas”. En los Alpes hay más de una estación esquí familia, ideales para todos juntos ejercitar este maravilloso deporte.
Pocos deportes los hijos pueden hacerlos junto con los padres. Un día o varios enteros. Desde la aparición de las compañías aéreas de low-cost ahora esquiar en los Alpes está más cerca y barato que nunca, y si no estás muy lejos siempre puedes coger el coche. Además no es raro encontrar buenas ofertas nieve Francia.
También es un plan gastronómico, sobre todo en los Alpes. Comida francesa tipos fondues o raclettes parecen hechas exprofeso para acabar bien un gran día de esquí. Y como no regadas con un buen vino tinto francés!
Descárgate la App de Way Away con nuestras Rutas de Viaje geolocalizadas
Papá Noel ha resultado ser el último bastión antiglobalización. Estamos en Chile y aquí le llaman el Viejito Pascuero. Si el gordo le hubiera vendido su franquicia a Nestlé o Unilever, ahora sería Santa Claus, en Londres y en San Lucas de Barrameda, por eso de armonizar las marcas. Y como a estas compañías benefactoras, después de embutirnos de calorías durante décadas, ahora resulta que les preocupa nuestra línea y su bottom line, se habrían gastado miles de euros testando qué color le adelgaza más. Pero aunque hubiera salido ganador el blanco, lo habrían repintado de púrpura al pobre Santa Claus.
¿Y por qué esa horterada de color? Porque es el preferido de la amante del presidente de la multinacional de turno (estimados unileverianos y demás animales de la sabana, antes de acusarme de ser injusto, os voy a contar un secreto: si Frigo es de color rojo en todo el mundo y no naranja como salió en el test, es porque al Holandés Errante le pasó por la entrepierna. Palabra de project team member).
Pero no, no se la vendió. Por eso en Chile es el Viejito Pascuero y sigue yendo de color rojo Coca Cola. Y hoy Cloe se ha hecho la foto de rigor con él, con su lista de preguntas bajo el brazo:
«¿Eres el de verdad? ¿Cómo lo harás para darme mis regalos si pasaré la Nochebuena en un avión? ¿Por qué nunca me traes el Unicornio que siempre te pido? ¿En serio que Hug no tendrá nada por portarse mal?»
Y yo viendo la escena, acongojado por si el tío con el contrato temporal más jodido del mundo le iba a contestar como nos responden en las Oficinas de Información en Chile. Un ejemplo de muchos que os podríamos poner:
Yo: ¿cierra hoy la casa museo de Pablo Neruda?
El informao: todo
Yo: ¿todo qué?
Él: todo cierra
Yo: ¿tiene varias partes el museo y todas cierran?
Él: todo cierra en Santiago los lunes
Yo: ¿también el funicular? Porque hemos venido hasta aquí para subir
Él: el funicular no
Yo: ¿el funicular no cierra o sí cierra?
Él: sí
Yo: ¿y tú para conseguir este trabajo a quién se la has…
Belén: Cloe te está escuchando
No hay nada como tener hijos para ser mejor persona. Así que ya sabéis, este 2019 a f… ¡Pedro!!!!
Bon Nadal a tots
Información para viajar por Chile.
Descárgate la App de Way Away con nuestras Rutas de Viaje geolocalizadas
Providencia, Santiago de Chile. Hora punta en el metro. El nombre del barrio nos va a la zaga porque dos carteristas han ido a por nosotros a la vez. Aquí hay más chorizos que papas fritas en una chorrillana. Nuestros compañeros de viaje, sabiondos todos, nos han avisado cuando los manitas ya se habían bajado del vagón.
La vecina nos ha pedido perdón, avergonzada de sus propios compatriotas. Se habrá pensado que no estamos bien de la chaveta, porque nos hemos dado una panzada de reir. Hemos tardado un buen rato en contarle todas las veces que lo mismo nos había pasado en casa. Al acabar, definitivamente habrá sentenciado que somos unos gilipollas por dejarnos robar en cada esquina.
Entre todas la palma de oro se la lleva la Plaza Mayor de Madrid. No por su café con leche sino porque, después de que Belén pillara a uno abriéndome la mochila, también salió el enteradillo de turno. «Yo lo he visto todo, llevaba un buen rato intentándolo». Con medio Vallecas sujetándome para no arrearle, le pregunto porqué en todo ese tiempo no se ha dignado a avisarme. La respuesta de torero: «no podía moverme, soy una estatua».
Le eché un par de monedas al sombrero. Se las ganó por tener los huevos más grandes que he visto en mi vida. Tanto como un sándwich chileno.
PS: no worries. Parecemos gilipollas pero no lo somos. Ni hoy en Santiago, ni hace un tiempo en Madrid nos robaron nada. Arrieros somos.
Información para viajar por Chile.
Descárgate la App de Way Away con nuestras Rutas de Viaje geolocalizadas
Aunque estemos a 30 grados toca actualizar nuestro roadmap. Antes era la lista de nuestros sueños, desde que nos dedicamos a cumplirlos le llamamos así. Deformación profesional aunque ya no nos dediquemos a eso.
Cada vez que me preguntan cómo se jubila uno a los 43 años (media de edad entre Belén y yo), siempre pienso lo mismo: poniéndolo en un papel a los 33. No porque sea la edad de Cristo sino porque hace 10 años hicimos nuestra primera lista. Y desde entonces, al estilo Confucio, cada decisión que hemos tomado ha sido siempre en la misma dirección: tener tiempo para hacer, en vez de trabajar para tener.
En nuestra nueva lista de proyectos hay 14 cosas a hacer y una para coleccionar. Después de haber regalado nuestras motos y malvender el coche vamos bien. Con vuestro permiso nos las guardamos. No porque nos dé vergüenza compartirlas o sean íntimas, que también, sino porque tal como va la cosa igual me meten en chirona sólo por pensarlas.
Y es que estamos en Chile. Ya sabéis, donde Pinochet. Ese que de pequeño debió compartir pupitre con Franco. Seguro que aquí me extraditarían en lo que tardan en hacer un lomito. Porque si el Pinocho la palmó sin haber pisado la trena, sería porque iba tan sobrado de votos como su colega de talla, por mucho que los dos tuvieran urticaria a las elecciones. Y me da que el color que votas, como la monarquía, se hereda sin preguntar, ni que te pregunten. Así que la cosa no habrá cambiado mucho digo yo. Vox diréis si en España también…
Información para viajar por Chile.
Descárgate la App de Way Away con nuestras Rutas de Viaje geolocalizadas
Hoy hemos votado y nadie nos ha zurrado. Bueno, Hug sí. Será porque también nos quiere. Dos votos a favor de continuar la vuelta al mundo, uno en contra y una abstención. Nunca tomes decisiones en un día de lluvia y menos con un jetlag del carajo. Ayer cenamos dos veces: sushi en Sidney y ojo de bife en Buenos Aires. Cosas de los husos horarios cuando cruzas el Pacífico al revés que Magallanes.
Probad a desayunar, comer y cenar cada día fuera de casa con Hug el Destructor y veréis como también votaríais por volver a la guardería. En Asia, con tanto noodle, palillos y chinos escupiendo pasaba más disimulado. En el Bar Federal de San Telmo no. Humanidad en estado puro. Si construye algo es para tener el placer de destruirlo al instante siguiente. Sacaría de quicio a cualquiera.
Y yo no soy cualquiera. Desde que los cuentos nocturnos van de Star Wars, si él es Hug Skywalker eso me convierte en Darth Vader. Y es que el lado oscuro del mal humor tiene su fuerza. No sólo te atrapa sino que hasta te da placer. Pero tengo un nuevo truco para salir del bucle depresivo. Al estilo Houdini, dejar de hacer fuerza y las ataduras se aflojan. Eso y mi Princesa Leia. «Papi, no pateixis. Et prometo que li deixaré tot a l’Hug pero continuem el viatge».
Ahora me parece imposible ni siquiera habérmelo planteado. Algo tendrá que ver que, después de ponernos más farruquitos que él, Hug el Adorable ha empezado a recoger sus desaguisados. Un milagro… o no. Ese «no» que tanto cuesta decir a la cosa que más quieres en este mundo y que cuando lo dices tanto coste tiene.
Pero para qué negarlo, a volver a verlo todo en color de arco iris también ha ayudado la Quilmes helada que nos hemos tomado. Y es que Argentina tiene un sabor especial. Después de haber estado un mes en la Isla del Doctor Moreau que es Australia, donde en cada esquina te salía un bicho a cual más extraño, ver ballenas y pingüinos es casi como volver a casa. Aunque estemos en la Patagonia.
Información para viajar por Argentina.
Descárgate la App de Way Away con nuestras Rutas de Viaje geolocalizadas
Fish and chips, burger and chips, chicken snitzel and chips, chips and chips. Llevamos dos semanas en las antípodas y ya parecemos la Potato Family. La dieta australiana es igual de variada que su outback.
La única diferencia entre ambos es que cuando comes las moscas te den tregua, pero el resto del día son cojoneras de verdad. Le pregunto al chófer de Uber sobre el tiempo y me contesta muy ufano: «we have this weather all the year around». No puedo dejar de contestarle: «what about the flies?» Aquí se acaba mi famosa faceta de relaciones públicas para el resto del trayecto.
Pero hay que reconocerles su mérito. Estar de buen humor cuando tienes más moscas rondándote que una vaca pero te falta cola para espantarlas, no es moco de canguro. Porque en Western Australia nos han parecido unos tíos la mar de majos.
Eso sí, han tirado por suelo mi teoría de hace 10 años cuando los de la otra costa nos parecieron más bordes que Trumputin juntos. Entonces pensamos que con tanto tiburón, cocodrilo, medusas venenosas, sanguijuelas y otros bichos simpáticos, cualquiera les decía eso de al mal tiempo buena cara. Ahora en cambio, entre patata y patata, hasta les sonríen a los niños.
El problema es de Cloe cuando la miran, que se piensa que son todos unos presos y no sabe qué cara ponerles… Ya veis, ahora por las noches los cuentos van de aborígenes y colonos. Hasta que Hug se cansa y nos grita su famoso «Se acabó!!! Toppolino!»
Información para viajar por Australia.
Descárgate la App de Way Away con nuestras Rutas de Viaje geolocalizadas
Si no eres feliz pon una bicicleta en tu vida. Y si no es suficiente vente a Rottest Island, «the home of the happiest animal in the world», Quokka. Llevamos todo el día cruzándonos con gente en bici y aquí Joker parecería Gruñón.
En este paraíso la gente es tan feliz que pusieron el faro en medio de la isla. Así va la cosa que tienen el récord mundial de pecios por m2. Y claro, así no es raro que puedas verlos haciendo snorkle. Si fueran vietnamitas apostaría a que lo hicieron adrede. Eso sí, los cientos que murieron ahogados y el chavalote que hace 7 años se lo llevó un tiburón blanco por delante no deben tener muy buen recuerdo de la isla. Pero en el paraíso nunca llueve a gusto de todos.
Al acabar la otra vuelta al mundo pensamos que en ningún lugar encontraríamos una Formentera pre-anuncio de Damm. Pero ahora hemos hecho línea y bingo. Tanto que Perth se ha ganado un año de nuestra vida: 2023.
Información para viajar por Australia.
Descárgate la App de Way Away con nuestras Rutas de Viaje geolocalizadas
En Vietnam nada es lo que parece. Pensábamos que Ho Chi Minh era su forma de estornudar y resulta que es su héroe nacional. Los del Vietcong pasaban por ser unos terroristas y en realidad eran unos campesinos bajitos (Marruenda o los de El País, tanto monta monta tanto, ¿para cuándo un especial «los túneles de los CDRs unen la Generalitat con el infierno»?).
Aquí los timos van que vuelan. En el primer taxi que tomamos la bajada de bandera fue de 50 dongs. Equiparando el nivel de vida sería como si en Atocha empieza el taxímetro en 50 euros. El segundo timo en el Templo del Conocimiento, que ya tiene guasa. Al darnos el cambio de las entradas, entre 4 billetes de 100.000 nos intentan colar uno de 10… Y el último, para no alargarnos, perdemos la tarjeta de la habitación -y casi el avión por buscarla- y nos piden 5 USD.
Mi argumento de experto negociador: por este precio te consigo 1000 tarjetas en el chino de al lado y además te regalo un Northface a juego con tu kimono (entendedme, con las prisas uno no se para en buscar en Wikipedia cómo le llaman al poncho vietnamita…).
No tengo palabras para agradecérselo. En Vietnam me lo he pasado en grande.
Descárgate la App de Way Away con nuestras Rutas de Viaje geolocalizadas
Después de tanta Low Cost, GrabCar y hoteles con RSC, echaba de menos viajar como antes. Tren nocturno de Hué a Ninh Binh. Si Agatha Christie se hubiera subido aquí, nada de asesinato. Lo del Orient Express hubiera sido una carnicería.
Esto ha sido el bautizo real de Cloe como viajera. De llorar desconsolada al ver que tenía que dormir en una «cama caliente» mientras el vietnamita de al lado le hacía una foto, a hacer el monkey con las barras de la litera. Sólo han pasado 10 minutos y ni las sábanas limpias, ni la promesa de poder tomar todos los helados del mundo, son la causa de su euforia.
Simplemente el tren se ha puesto en marcha. Y es que este ajetreo tiene algo mágico. Y mirar por la ventanilla todavía más.
Descárgate la App de Way Away con nuestras Rutas de Viaje geolocalizadas