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África, después de haber estado de safari por cinco países diferentes.

Elefantes, Serengeti, Tanzania

Cráter del Ngorongoro, Tanzania:

Uno de los sitios más bonitos que nunca hemos visto. Parece un espejismo con paredes de más de 600 metros de altura, formando una valla natural dentro de la cual viven miles de animales como si estuvieran en un sueño. Sólo por ello ya vale la pena ir. Allí pudimos ver a un rinoceronte negro, algo nada habitual.
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África, después de haber estado de safari por cinco países diferentes.

Parque Etosha, Namibia

Parque Kruger, Sudáfrica:

El más fácil de recorrer pero el menos auténtico. Safari “do it yourself”, conduciendo por circuitos marcados pero sin poder abrir ni la ventanilla. Por la noche duermes en sencillos bungalows con la barbacoa en el jardín, como si fueran casas pareadas. Fácil ver a todo tipo de animales menos leones y leopardos que abundan poco. Antes de salir de caza fotográfica siempre puedes mirar en el mapa del campamento dónde fueron avistados el día anterior pero muchas veces ni así.
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África, después de haber estado de safari por cinco países diferentes.

Amboseli, Kenia

Búfalos:
Búfalo, Masai Mara, Kenia
Toros con peluca. A pesar de las pelis del oeste, cuando van en manada no son nada violentos por mucha pinta de bestias que tengan. Sin embargo, cuando andan solos y se meten en líos, son de los que huyen para adelante, arrasando con lo que haga falta. En realidad, junto con los elefantes, son los que más accidentes causan con humanos. Cuando atacan simulan estar estáticos, acercándose al enemigo con tanto sigilo que parece que anden con los calcetines puestos.
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África, después de haber estado de safari por cinco países diferentes.

Leones, Amboseli, Kenia

Leones:
León, Serengeti, Tanzania
Sin duda alguna son los reyes de la sabana. Todo el día tumbados sin hacer nada mientras sus mujeres son las que cazan. Por si fuera poco, cuando se ponen tontos si las hembras no están por la labor porque ya tienen un camada de otro monarca, se zampan a los cachorros para poderlas preñar con sus genes. Aunque no todos viven como reyes. Cuando un macho tiene que dejar el grupo para formar el suyo propio, como no son muy buenos cazadores, puede llegan a morirse de hambre. Menudo final para un soberano.
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