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Don't be guiri!
Praga es una ciudad que junto con Viena y Budapest forma parte del triángulo de oro que muchos tours operadores ofrecen para viajes de una semana, por ejemplo en Semana Santa u otras vacaciones cortas.
Sin embargo Praga no es de esos sitios donde uno tenga ganas de ir en un autobús relleno de turistas que cuando pare en cualquier punto de interés tendréis que hacer cola hasta para beber de la fuente…
Por eso es un sitio ideal para utilizar los servicios de Voyage Privé Praga, un club de venta privada donde los socios tienen acceso a descuentos excepcionales y precios exclusivos para poder ir a hoteles de alta gama (más información sobre Voyage Privé en http://www.voyage-prive.es/aide/quiSommesNous).
Los principales atractivos de Praga son muy conocidos, su castillo, el barrio de Mala Strana, la Catedral de San Vito, aunque hay otros como por ejemplo el muro de Lenon que, aunque cada vez son más famosos, también os sorprenderán. Pero posiblemente lo mejor de Praga sea ir callejeando (es una ciudad donde prácticamente podréis llegar a todos lados caminando) e ir descubriendo cafés o bares donde sentaros e imaginaros que estáis todavía en una película de la guerra fría. O sentiros un local más y el domingo iros a un parque a hacer un picnic, el mejor de ellos el parque de Letná al que podréis llegar con el tranvía número 17. Sitio ideal para sentaros en un beergarden y tomar una buena cerveza fría!
Después por supuesto tenéis el río con sus puentes desde donde tendréis vistas ideales para hacer fotos al castillo. Uno de los restaurantes con mejores vistas es el Grosseto Marina. Una pizzeria en una plataforma como si fuera un barco amarrado al dique. Desde alguna de sus dos o tres terrazas o puentes veréis tanto el castillo de Praga como el puente de Carlos. Aunque estaréis rodeados de turistas, hasta la gente de Praga sabe que es el mejor sitio para la cena típica de sábado cuando uno está de city-break. Si no habéis pasado o llamado para reservar, mejor no vengáis antes de las nueve. Después de esa hora, la espera como mucho será de 20 o 30 minutos, poco rato si os hacéis un espumoso blanco italiano (CZK 59 – 2,5 €) desde su mini terraza con vistas de primera.
Si tenéis un fin de semana, Praga es un sitio ideal para pasar un par de días descansando pero sin aburrirse, relajados pero viendo sitios interesantes.
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Liliová 4/250
Ideal para descansar un rato por la tarde y matar el gusanillo de la merienda con un chocolate caliente. Además, son de aquellos espesos por lo que no os dejéis tentar por las tartas. Con una buena taza de “cokoláda” tendréis más que suficiente (CZK 59 – 2,5 €). Más todavía si lo pedís con un poco de “cream” (nata) por encima (CZK 69 – 3 €).
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Ristorante Matylda
Tylovo nam 1
No tiene pinta de italiano y en realidad no lo es. Pero sus pastas están para mojar pan. No tanto como para decir que son los mejores penne del mundo (como nos confesó el italiano que nos lo recomendó), pero lo suficiente como para sentarse si estáis por el barrio de detrás del museo y estación, cerca de la plaza de Miru.
Si preguntáis a la gente de aquí por alguna zona de restaurantes y bares locales os dirán tres: bares y pubs en Milady Horákové (la calle de detrás del parque Letná, al norte de Praga), más bares por Zizkov (hacia el este) y restaurantes por la calle Korunní. Esta última nos la hicimos toda. Y sus calles paralelas. Y un poco más… Y todavía seguimos buscando esos cafés y restaurantes de moda. Es verdad que si llegáis hasta la torre de TV, iréis encontrando algunos bares y restaurantes pero están demasiado separados unos de otros como para llamarlo “zona de restaurantes”. Parada y fonda la podéis hacer en el Sokolovna (Slezska 22) para tomar una cerveza siempre con buen ambiente, pero si os quedáis al principio de todo, en el cruce de Tylovo con Rumunska encontraréis el Matylda como es decíamos antes. En su terraza la mitad son turistas enviados por el hotel que está a dos portales y la otra mitad locales.
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Si vuestro hotel está por la zona de Mala Strana y os da pereza cruzar el puente de Carlos, tenéis tres opciones: poneros los pantalones de pinzas e iros a que os roben la cartera a los restaurantes con vistas al río, ir al Café de París del que ya hablamos en otro post o, si no tenéis ganas de hablar con ningún camaraero, meteros en la isla de Kampa. Pasad por debajo del puente y sin querer ya estaréis en ella. Allí encontraréis un mini food-court con las tres o cuatro cosas típicas de los checos. Sus salchichas, su jamon de parma (nada que ver con el auténtico pero sabroso), ensalada de patata, rollos de pastel de canela (trdlink), etc… Y por su supuesto cerveza. Y unos bancos de madera para que os sentéis sin problemas. Cuatro coronas y ya habréis cenado.
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Vojanuv Dvur
U Luzického samináre 21
Al estilo de un beergarden alemán y con pocas pretensiones más, es un buen sitio para tomar una cerveza y descansar el culo en una terraza a la vuelta del castillo (si habéis bajado por la izquierda). Estaréis rodeados de un mix de locales y turistas mientras que los camareros parecen recién salidos del típico bar de toda la vida. De esos que te lanzan la cerveza sin mirarte y toman nota antes de que empieces a hablar, como si ya supieran lo que vas a pedir. Aquí las cervezas y las risas van por igual, y es que a 1,6 euros el medio litro de rubia se entiende. Si estáis tentados de pedir algo para comer, guardaros vuestras coronas. Tampoco es que vayáis a comer mucho mejor en otros restaurantes (por Praga los gorditos de Michelin no hace falta que vengan mucho), pero no os vamos a recomendar un sitio donde no os acabaréis los platos… Si así y todo os lanzáis, el plato que más vuela por aquí es el roasted pork (la pata del cerdo rostida y servida entera para que vosotros mismos la deshueséis).
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Ristorante Carmelita
Ujezd 406/31
Si a la vuelta del funicular de Petrin os aprieta el hambre, siempre podéis hacer una lasagna en este italiano de paso con una terraza más que suficiente para descansar las piernas. Las pizzas mejor las dejáis para otro día porque no valen mucho la pena. A un par de calles tenéis el Café de París que es mejor opción, aunque su terraza interior vale más la pena por la noche, por eso de que tiene un toque romántico…
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Café de Paris | Entrecote CZK 289
Maltézské náměstí 4
Si tenéis la mala suerte de que os toca el camarero borde o que el entrecote es más pequeño de lo que ya suele o que la salsa les ha salido con menos sabor de lo normal, así todo os iréis contentos. Las patatas fritas os gustarán, la terraza interior os encantará y la cuenta os sorprenderá todavía más, positivamente claro. La verdad es que os dará pereza entrar pero por la zona de Mala Strana (debajo del Castillo de Praga) es una de las mejores opciones.
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U Zavěšenýho Kafe
Úvoz 6 | Praha 1
Si bajáis del Castillo de Praga por la derecha (mirando a la ciudad desde arriba), por la misma calle por donde subiréis, al hacer el giro de 180 grados encontraréis el café U Zavesenyho. En realidad está en la calle de subida, Uvoz, un poquito más arriba. Cero pretensioso pero decorado con gusto y detalle, es un buen sitio con menos turistas de lo normal para descansar con una cerveza, incluso picar o comer algo si os apetece. Si en cambio bajáis del castillo por el otro lado, en otro post os recomendamos donde descansar las posaderas.
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Limonadovy Joe
Revolucni 1, Pasaz Kotva
(en la misma plaza Revolución, justo al inicio de la calle que lleva el mismo nombre, a mano izquierda si se mira hacia el puente que hay al final, hay una entrada a un pasaje justo a la derecha de un corner pizzería. Entrad, girad a la derecha y a unos pocos metros veréis a mano izquierda una entrada para el Casino Bingo Top Games. Meteros dentro y a mano izquierda hay una escalera que sube hacia el Limonadovy Joe)
La cerveza no os saldrá tan barata como en otros bares de Praga, pero es el mínimo precio por librarse de turistas y estar en un bar 100% de locales. Aunque más que bar es un cine antiguo reconvertido a mini sala de fiestas. Aunque si vais pronto (a partir de las 19 o 20 h) podréis incluso cenar algún plato de pasta mientras empieza a animarse el tema. Un par de filas de antiguas butacas, un proyector moderno que hace las veces de cine mostrando viejas películas checas y un patio sin techo para ver las estrellas si uno se cansa de beber cerveza.
Un sitio ideal para aquellos que no tengan ganas de meterse en el hotel después de cenar y estén hartos de diambular por el centro apartando turistas.
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Grosseto Marina pizzeria
Manesuv most (en la ribera derecha del río, en el puente por encima del de Carlos)
En una plataforma como si fuera un barco amarrado al dique, la pizzeria Grosseto Marina es el restaurante con mejores vistas de todo Praga. Desde alguna de sus dos o tres terrazas o puentes veréis tanto el castillo de Praga como el puente de Carlos. Aunque estaréis rodeados de turistas, hasta la gente de Praga sabe que es el mejor sitio para la cena típica de sábado cuando uno está de city-break. Si no habéis pasado o llamado para reservar, mejor no vengáis antes de las nueve. Después de esa hora, la espera como mucho será de 20 o 30 minutos, poco rato si os hacéis un espumoso blanco italiano (CZK 59 – 2,5 €) desde su mini terraza con vistas de primera.
Aunque las raciones de pasta son pequeñas y cuando lleguen a la mesa os parecerá comida recalentada, no están nada mal (y más pensando que la ración sale por CZK 170-250, unos 7-8 €). Incluso algunos están para repetir como los tagliatelle pancetta e funghi o los ravioli de salmón). Pero si vais con hambre, pediros una pizza o calzone. Son de aquellas que salen del plato. Para beber, ni os lo penséis: garrafa del vino de la casa merlot (CZK 140 – 6 € el medio litro).
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